El Maestro Gichin Funakoshi nació en Shuri, Okinawa, en el año 1868. Desde los 11
años comenzó a practicar el arte marcial, conocido como Okinawa-Te. Funakoshi era un
hombre de gran cultura, profesor primario con un gran prestigio como perito
calígrafo y destacado conferencista y escritor de Artes Marciales, dándole un
sentido espiritual a una técnica de combate.
La enseñanza de Sensei, en sus inicios, estaba influenciada, en su técnica y
metodología, por sus grandes profesores (Asato y Itosu) combinando estilos de origen
chino como técnicas nativas de Okinawa. En 1948 Funakoshi funda la Asociación
Japonesa de Karate (J.K.A.). Para Funakoshi su entrenamiento fue constante y no dejó
de hacerlo hasta su muerte, el 26 de abril de 1957.
La necesidad del ser humano, ya sea por defensa o por caza, lo llevó en la búsqueda
de métodos que le permitieran la supervivencia en un mundo hostil. Ya establecida
ciertas comunidades, clanes o grupos, también aparecen algunos tipos de armas que
les permitían conseguir alimentos y defenderse de los depredadores mayores. Estos
grupos o clanes permitió el nacimiento de algún tipo de organización de lucha, que
con el tiempo, se convertirían en milicias, es decir grupos organizados para
combatir con conocimientos de armas y sistemas de lucha. Siglos antes de la era
cristiana aparece el concepto de Arte Militar en las regiones del oriente, Asia
específicamente. Las técnicas en aquel tiempo, eran sistemas de luchas secuenciales
con y sin armas, sistemas de luchas cuerpo a cuerpo con la finalidad de defenderse y
conquistar tierras, las cuales las ejecutaban militares.
Pese a que no hay una clara evidencia sobre las fechas concretas de la aparición de
las artes marciales, si se sabe, a través de dibujos de hombres en posiciones
similares a las utilizadas en el karate, (encontrados en una antigua tumba egipcia)
que puede remontarse a 2000 ó 3000 años antes de Cristo. Por lo que entendemos que
las artes de combate fueron practicadas en varias civilizaciones antiguas, y es
probable que los principios anteriores del arte marcial, fueron introducidos en
India a través de Turquía. Hay evidencias que sugieren que mucho antes de que se
estableciera la ruta de la seda, hubo intercambios culturales entre India y Turquía,
pero debe enfatizarse que las artes de combate, las cuales se introdujeron en India
desde Oriente, eran muy rudimentarias y fue realmente en India y China donde
desarrollaron sus técnicas más sofisticadas.
Aproximadamente durante inicio del siglo XIX (1800-1899) en China y Japón se
redefine el concepto de “Arte Militar” a “Arte Marcial” para darle un sentido de
práctica; entonces es cuando aparecen los énfasis de entrenamiento: preparación
física, defensa personal, desarrollo mental, disciplina y respeto. La práctica
marcial milenaria, aproximadamente desde el año 2100 antes de cristo hasta el 250
antes de cristo, se componía de dos aspectos, uno espiritual y otro técnico. El
espiritual, consistía del seguimiento de principios religiosos, meditativos,
conductuales, y alimenticios, y en lo técnico con énfasis en la eliminación del
adversario.
Hoy en día, se suprimieron algunos elementos de ambos aspectos y se especializaron
en un arte marcial defensivo, enfocado en un entrenamiento que combina un aspecto
físico, que es fundamentalmente disuasivo, con un aspecto netamente filosófico que
implica la búsqueda espiritual, el equilibrio interior, a través de una práctica
marcial. La evolución de estas “Artes Militares”, las podemos encontrar en “Artes
Marciales” como el karate, Aikido, Judo, Taekwondo, Kung fu, JiuJitsu, como artes
marciales más practicadas en el mundo.
Dai-sensei (‘Gran maestro’) Morihei Ueshiba provenía de un linaje de samurais
campesinos. Su padre educó a su hijo con un fuerte sentido del deber filial en el
bushido (el ‘Camino del Guerrero‘). Ueshiba, fue un niño débil y enfermizo, pero fue
superando sus limitaciones físicas mediante ejercicios que robustecieron su cuerpo y
su espíritu a través de la meditación budista, aprendida de la secta Shingon, a la
que pertenecían sus padres.
Comenzó el estudio de los principios del sable en la escuela Yagyu Shikage, después
estudió filosofía Shinto y se dedicó por completo al budo (el ‘Camino de las artes
marciales’). Su técnica, de carácter defensivo (no de ataque) y basada en el combate
con las manos vacías, cada vez más perfeccionada, le permitió dedicar su tiempo y
energía al Aikido, nombre que daría al conjunto de prácticas que constituían su
técnica.